La serpiente y los argumentos “PRO-DROGA”

Julio Roberto Zazzali

     Hoy los operadores “pro-droga” hacen la apología de los estupefacientes apelando a varios y repetidos argumentos. El inicial es la “libertad”. Nos dicen que el humano es dueño de hacer lo que le venga en ganas. Así, drogarse es una libre decisión. Y seguidamente enumeran las “bondades” de la droga: que relaja, que divierte, que aporta creatividad, que es fuente de experiencias elevadoras, que abre las puertas hacia una muy especial sabiduría que llega rápido y sin esfuerzo. Y terminan diciendo que la droga no es más peligrosa que muchas otras cosas que el hombre hace, por ejemplo: andar en motocicleta.
       Nosotros, supuestos expertos en algo así como “ciencias humanas” podemos afirmar que nada de eso es verdad. La droga “crea” una “sensación subjetiva” de “estar bien”, de facilitar la alegría y el esparcimiento, y hasta “nos hace creer” que  nos regala experiencias enriquecedoras. Eso es sólo una impresión, una especie de “bienestar hueco”, producido químicamente —sin motivo real— y que, además, dura poco.
       La droga daña. Materialmente, mata neuronas. Y humanamente, en nombre de la libertad, nos convierte en “esclavos” de una sustancia. Es claro que facilitar el consumo de estupefacientes traerá como consecuencia la construcción de un mundo peor que este. ¡Sí! ¡Peor que este!
       Con esto de “un mundo peor” y examinando la naturaleza de los argumentos “pro-droga”, hemos tenido una ocurrencia que no creemos sea original, pero no la hemos visto expresada así en ningún lado. Veamos.
       En el Jardín del Edén Dios prohibió a Adán y Eva comer del “árbol del fruto del mal conocer”. Para convencerlos de no obedecer, la Serpiente (el Diablo) les dijo: “si coméis se abrirán vuestros ojos y seréis como dioses”. La oferta era muy fuerte… y comieron. Dios, enterado, les recriminó la desobediencia a su Ley y los arrojó a ambos del Paraíso Deleitoso.
       Hoy el “pro-droga”, al hecho de papearse ¿no lo promociona como una práctica que permite tener experiencias y saberes vedados a quien no se anima a papearse? ¿no lo propagandea como un acto de valentía que te torna superior? Eso de ofrecer “sentirse superior” ¿no es algo semejante al “seréis como dioses?
       Hasta donde sabemos —más bien poco— la interpretación tradicional católica dice que por la desobediencia de nuestros primeros padres entró la muerte en el mundo. ¿Otra semejanza? Nadie puede negar que droga y muerte se hallan indisolublemente ligadas entre sí. Muerte espiritual primero y muerte corporal después.
       Siguiendo con nuestra “hermenéutica” —y esforzándonos por no asemejar a la Serpiente con los políticos facilitadotes del acceso a la droga— es inevitable llegar a una conclusión: la prohibición de doparse viene de muy lejos. Y el autor de la Ley que lo prohíbe es algo más sabio que nosotros. Y es más que evidente que violar esa Ley tiene efectos. Y no estamos hablando de meros “efectos legales” (ir preso). Estamos hablando de la existencia del Hombre, que tanto en lo individual como en lo social, es pulverizada por los narcóticos.
       Trabajando estas ideas, hemos encontrado un teólogo jesuita argentino que dice dos cosas que tienen relación con nuestro tema. Una, que “el buen conocer en el hombre consiste en el humilde, trabajoso y limitado discurso abstractivo…”. Y dos, que “es posible adquirir un Mal Conocer (experiencias intelectuales abnormes) ingiriendo algo, como la coca, hastchist o el opio”  (Leonardo Castellani dixit)*.
       Aterrizando en el terreno científico, citamos a Eduardo Kalina de, un experto argentino en el tema. Dice Kalina** que “la tarea de informar a la población sobre las consecuencias de drogarse parece poco eficiente si no si no se la asocia a una posición ética-moral frente a la vida”. Como una contribución al debate sobre la despenalización o legalización sepamos que  Kalina da a esas drogas una denominación que expresa lo que realmente son, esto es “sustancias psico-neuro-bio-socio-tóxicas”. Estamos hablando de “legalizar la “existencia tóxica”. “Drogarse es una práctica con consecuencias”.¿Algunas consecuencias de la marihuana? Pues… además de esxpllizcar que la marihuana tiene más de cinco veces de potencia que la misma droga hace diez años (espectacular logro  der la cienciahumana) de los graves disturbos mentales, esta el cáncer del aparato respiratorio, el cáncer de próstata, el cáncer de cuello de útero, la leucemia en niños de madres marihuaneras. La lista sigue.
Nadie puede desconocer que, frente al mentiroso “¡drogate y serás feliz!” de la propaganda narco, está el absolutamente verdadero “no hay drogados felices” (Claude Olievenstein)***.               Seamos claros: se está hablando de la legalización de un consumo tóxico. No debe abordarse este tema como una cuestión legal donde se discute una ley y listo. No es una mera propuesta legislativa. No es una simple alternativa política. ¡No!. Estamos ante un grave drama humano universal. La “solución legal” que nos proponen, y que significa excelentes ganancias para grandes intereses económicos internacionales, tiene como único e inevitable efecto la destrucción del orden social humano. Legalizar es promocionar el drogarse y construir esclavos. Lo que vendrá es un “mundo sub-humano”, integrado por seres manejables.
       Creemos prudente finalizar ya nuestras elucubraciones, dejando constancia que todo lo aquí expresado no es más que un ejercicio de “entre-casa”, dirigido a señalar las horribles semejanzas que hay entre los argumentos de la Serpiente y los que usan los modernos propagandistas de la “droga libre” y los abogados defensores de narcotraficantes.

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SOCIEDAD ARGENTINA DE PSIQUIATRIA FORENSE