Vicisitudes Periciales en la Interacción con el Consultor Técnico: Reflexiones a partir de un Caso Judicial
22 junio 2025
Dr. Ernesto Jaimes; Médico Especialista Consultor en Psiquiatría y Psicología Médica, Médico Legista
1. Introducción:
El presente trabajo expone una situación particular surgida en el marco de una intervención pericial psiquiátrica solicitada por exhorto en una causa de familia. Se analiza el conflicto generado por la pretensión de un consultor técnico psicólogo de participar en una pericia psiquiátrica, lo cual motivó una discusión sobre incumbencias profesionales, normativa vigente y otros temas relacionados con la tarea pericial. A partir de esta experiencia, se reflexiona sobre la necesidad de delimitar con precisión los alcances de cada especialidad en el contexto judicial.
2. Contextualización del Caso:
En una causa tramitada ante un Juzgado de Familia del interior de la provincia de Buenos Aires, se ordenó la realización de pericias psicológica y psiquiátrica a la parte actora, quien residía en el conurbano bonaerense. Por tal motivo, se libró exhorto a un juzgado del mismo fuero, del Departamento Judicial de San Isidro, interviniendo como perito psiquiatra el autor de este artículo.
Cabe aclarar que los Juzgados y Tribunales de Familia de la provincia de Buenos Aires cuentan, en su estructura, con un grupo de profesionales ajenos al derecho, denominado Equipo Técnico. Está constituido por trabajadores sociales, psicólogos y psiquiatras, quienes desarrollan tareas como peritos oficiales.
El objeto del presente litigio era la tenencia de un niño, cuya guarda estaba en manos de la familia paterna. La abuela materna, demandante en la causa, solicitaba asumir dicha responsabilidad. El caso había adquirido notoriedad pública, con amplia cobertura mediática, además de que la actora contaba con el respaldo de un organismo de derechos humanos que le brindaba asesoramiento legal y técnico.
3. Designación del Consultor Técnico y Desarrollo de la Controversia:
La parte actora propuso como consultor técnico a un psicólogo, cuya participación fue aceptada por el juez interviniente. Este profesional estuvo presente durante la pericia psicológica, realizada con anterioridad a la psiquiátrica. Sin embargo, al momento de llevarse a cabo esta última, el consultor técnico intentó participar nuevamente, lo que motivó la objeción de mi parte. El primer planteo que realicé fue señalar la imposibilidad de que el psicólogo participara, ya que no era médico psiquiatra, además de que el juez no había designado consultor técnico para la pericia de esta especialidad.
La discusión que se llevó a cabo a partir de ese momento fue extensa y ardua. La demandante de la causa y el psicólogo consultor argumentaron que el juez sí había aceptado la propuesta de la presencia del profesional para ambas pericias, tanto la psicológica como la psiquiátrica.
Con el exhorto en mano, se verificó que no estaba especificado que el psicólogo también participara de la pericia psiquiátrica. Si bien cabe señalar que en la resolución del juez había falta de precisión al respecto, y hasta podría entenderse que se resolvía la participación del profesional en ambas evaluaciones periciales.
De todos modos, mi planteo fue que, aunque el magistrado hubiera especificado que el psicólogo participara como consultor técnico en la pericia psiquiátrica, dicha participación no era viable, atento a que las incumbencias profesionales del psiquiatra y del psicólogo eran diferentes, y por lo tanto, mal podría controlar el consultor técnico una evaluación de otra profesión para la cual no fue formado.
Argumenté que la currícula de cada carrera y especialización eran sustancialmente diferentes, a pesar de que psiquiatras y psicólogos compartieran algunos puntos del conocimiento. Agregué que las leyes de ejercicio profesional marcaban diferencias taxativas entre una y otra profesión.
Además, en la causa se ordenaron pericias psicológica y psiquiátrica por separado, no tratándose de una pericia interdisciplinaria. Expresé estar dispuesto a presentar un informe sobre el motivo por el cual no se realizaba la pericia, señalándoles que, por otro lado, si se llegara a cometer el error de realizarla con la presencia de un consultor técnico de otra profesión, la parte demandada tenía todas las posibilidades de impugnarla por una falta en el procedimiento.
La situación fue difícil, ya que la señora a peritar y el psicólogo hicieron gala del respaldo institucional con el que contaban (el organismo de derechos humanos), además de mencionar su exposición en televisión y radio.
4. Resolución del Conflicto:
En un momento determinado, se tomaron su tiempo para consultar con sus abogados por teléfono, hasta que finalmente aceptaron que la señora pasara sola a la entrevista pericial. En definitiva, pude completar la evaluación y presentar el informe sin inconvenientes ni impugnaciones posteriores.
Considero que, de haber tenido que realizar un escrito sobre el rechazo a la participación de un consultor técnico psicólogo en una pericia psiquiátrica, hubiera hecho hincapié en los argumentos que les expresé verbalmente (las diferentes incumbencias de cada profesión, la currícula de cada carrera y las respectivas leyes de ejercicio profesional),
agregando material que pudiera haber investigado en trabajos publicados sobre el tema, en la doctrina del derecho y en la jurisprudencia.
5. Reflexiones Finales:
Este caso pone de manifiesto la importancia de delimitar con claridad los roles y competencias de los distintos actores que intervienen en el proceso pericial. La participación de consultores técnicos debe ajustarse estrictamente a las incumbencias profesionales y a las disposiciones procesales, a fin de preservar la validez técnica y jurídica de las evaluaciones.
Asimismo, se destaca la necesidad de que las resoluciones judiciales sean precisas en cuanto al alcance de las autorizaciones otorgadas a los consultores técnicos, evitando ambigüedades que puedan derivar en conflictos innecesarios.
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Acta Fundacional

Editorial
Cuando en el mes de julio del año 2010, el Dr. Zazzali me comunicaba la decisión suya junto a los Dres. Castex y Silva de formar la Sociedad Argentina de Psiquiatría Forense, fue una situación de gran alegría en lo personal.